Que levante la mano quien no haya tenido dolor de espalda alguna vez.
La espalda, la columna y su musculatura, es la parte que nos sostiene y nos da soporte para permitir movernos y realizar nuestras actividades.
Una espalda sana está fuerte y, a la vez, es flexible.
- Flexible porque es una parte que necesita movilidad: para agacharnos, girarnos, incorporarnos, etc.
- Fuerte porque nos sostiene: aguanta nuestra cabeza que ya pesa lo suyo y aparte nos da soporte para mover las extremidades y no caernos. Pero fortalecer no quiere decir solo ponerse cachas. Ya que los músculos que aguantan la columna están en el interior, no los vemos pero son los verdaderos héroes combatiendo el dolor de espalda. En el equilibrio de ambos tipos de músculos está la clave.
Aparte, la espalda tiene otros amigos que también hacen de pilares y la ayudan: los múculos abdominales profundos (no la tableta de chocolate, sino los que nos hacen meter el ombligo), los del suelo pélvico y el diafragma (o músculo respiratorio).
POR QUÉ DUELE LA ESPALDA?
- Por falta de flexibilidad y fuerza, al hacer algún movimiento rápido para el que nuestra espalda no es lo suficientemente flexible. O al cargar y sostener más peso del que nuestra columna puede tolerar en ese momento.
- Por falta de movimiento: las vértebras se nutren por un líquido entre ellas, y necesitan moverse para que les llegue este líquido. Por ello el reposo, ante episodios de dolor, ha de ser relativo. Solo mientras haya dolor agudo e inflamación. Cuando mantenemos posturas, y más si no son las más adecuadas, la columna sufre. Aunque trabajes en una oficina, recuerda levantarte, moverte, estirarte.
- Porque no hay equilibrio muscular, y uno o varios de los pilares del cuerpo están fallando: tenemos que encontrar los músculos que están dormidos y activarlos para que los demás no se sobrecarguen con tareas que no les corresponden.
- Por cargas emocionales o estrés: cuando no estamos cómodos con las circunstancias y tomamos actitudes defensivas y tensamos la espalda, o actitudes sumisas y nos curvamos. Cuando no nos sentimos respaldad@s y en momentos en que parece que llevemos la vida a cuestas. Cuando bloqueamos las emociones, y nos echamos la vida a cuestas. Este dolor emocional puede manifestarse en dolor físico de espalda.
SOLUCIÓN:
Es muy importante hallar la causa para aprender a cuidarnos correctamente, y evitar que el dolor y/o la incapacidad vuelvan.
Hay que mimar nuestra espalda. No sólo cuando sentimos dolor o molestias.
También para prevenir.
Porque cuidar tu salud es lo natural ¿Te ayudo?